miércoles, 27 de julio de 2011

Escenas de la Vida Bohemia


Tener un viejo libro en las manos, habrá de animar la curiosidad de quienes gustamos de la reflexión y el misterio, pues en cuanto levantemos la pasta nos saltarán un montón de pregunta ¿de qué año es? ¿qué habrá sido de su antiguo dueño? ¿cómo fue a parar a las filas de libros usados de aquella librería? ¿cuantas veces habrá sido leído? ¿por cuantas manos habrá pasado?

Planteadas estas interrogantes, estaremos presenciando después de un largo estado de hibernación, el despertar de aquel libro y, dependiendo del tiempo que se hayan fermentado los años entre sus hojas; exhalara el murmullo o el grito de un aroma a sabiduría, aroma que nos incitará a imaginar casas, situaciones, libreros, aires, perros y personas que han girado en torno a él. (1)
Es asombrosa la capacidad que tiene un libro anciano para hacernos viajar ¡aún antes de leerlo!

Todo eso fue lo que me sucedió la mañana del 22 de julio cuando mi novio puso en mis manos "Escenas de la vida bohemia" de Henry Murger, y, aunque su pasta no es original cuenta con algo mucho más valioso: la firma de un antiguo propietario que data del VII-VI-MCMXLIX (7 de Junio de 1949) Pero al parecer el libro se imprimió en el año de 1920 (dato facilitado por "Libros Lenzy" La Plata Argentina) por la Casa Editorial Garnier Hermanos.


Años han pasado desde que desee leer aquellas escenas bohemias, pero no lo hice; pues conseguir este libro en México no es nada sencillo, de hecho, con base en la experiencia podemos decir NO SE CONSIGUE EN MÉXICO. Mi chico lo fue encontrando en una tienda de libros antiguos en Argentina, claro, despues de remover un poco de cielo por allá y mucha tierra Azteca aquí. Así que, después de un largo viaje y largos días de espera llega al final Henry Murger y lo recibo con honor.


Durante las tardes lluviosas que le presidieron, dentro de un espacio intimo y aromatizado por incienso, sentada sobre un viejo pero confortable sillón marrón y con un excelente compañero que, por su parte escribía nuestras aventuras, así, formando parte de esta escena perfecta; comencé a andar el mundo de 4 jóvenes artistas del siglo XIX, bohemios a fuerza más que por elección, que habrán de destacar a costa de mucho esfuerzo o desaparecer sin dejar rastro en la historia del Arte.

H. Murger concluye con lo siguiente su prefacio refiriéndose a la vida de los artistas bohemios:

Vida de paciencia y de bravura, en la que no se puede luchar sino revestido el pecho con fuerte coraza de indiferencia, a prueba de mentecatos y envidiosos; vida en la que, para no tropezar, es necesario apoyarse constantemente el el báculo del amor propio, en el orgullo del propio valimiento; vida encantadora y vida terrible, que tiene sus triunfadores y sus mártires y en la que nadie debe entrar como no sea resignándose de antemano a sufrir la implacable ley del vae victus. (2)


1) extracto de un comentario de Aarón el día que me obsequió el libro
2) es una expresión en latín que significa «¡Ay, de los vencidos!»