jueves, 9 de diciembre de 2010

comienza la desintoxicación

La noche de ayer comencé un proceso más de desintoxicación: Llegué a casa con las piernas entumidas, abrí la puerta; no había nadie, el frío entró junto conmigo o debió haberse adherido a mí porque no se fue ni aún después de acurrucarme en la cama.
Unos días atrás, por accidente; rompí un espejo, conservé el pedazo más grande y lo acomodé recargado a la pared en un estante, justo a la altura de mi rostro pero… mejor habría sido deshacerme por completo de él como me lo sugirió la suerte al hacerlo trizas, porque cuando encendí la luz y me vi reflejado sentí en mi fuero interno un odio inmenso que estaba a punto de salir disparado, apreté los dientes intentando sofocarlo, la sangre me inflamó la cabeza y botó algunas venas, los rojizos ojos se expandían dentro su órbita y toda aquella presión; retumbaba en mis oídos como el lamento grave de alguna bestia. Jamás me había visto tan feo y repulsivo, y aunque yo mismo me pedí compasión; cerré los puños para golpear mi cuerpo, luego corté mi cabello lo más corto que pude y dejé que el peso de ésta vida me oprimiera, en ese momento yo sólo era polvo turbado por el viento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo este texto lo escribiste hace algún tiempo, pues te ves hermosa, agradable, con una vibra muy amigable, los niños se te acercan con confianza, con esa sonrisa y eso que llaman "ángel" que tu tienes en tal grado como muy pocas personas...

sigue escribiendo, me encanta leerte

ENIGMÉ dijo...

GRACIAS AARÓN INTENTARÉ SEGUIR ESCRIBIENDO...